Uno de los errores más grandes que cometen los ponentes, sucede al
inicio de sus presentaciones.
Al presentar, siempre debes
INICIAR FUERTE.
Sin embargo,
con frecuencia las personas destinan los primeros minutos a una de siguientes y absurdas variables:
PRIMERA: El ponente comienza por expresar SU emoción al estar en el podio, escenario o frente al equipo.
“Estoy tan emocionado por estar hoy, aquí, con ustedes. Es un gran logro pero, créanme, no ha sido fácil. Esto el resultado de un gran esfuerzo. Hemos trabajado muy duro…bla bla bla”
Me pregunto si a alguien le interesa conocer el grado de emoción que siente el ponente en ese momento.
Además, sabemos que, sin importar el tema, hablar ante cualquier audiencia implica un gran esfuerzo.
SEGUNDA: El ponente agradece a la compañía, al amigo, al gerente, al directivo y/o al equipo por haberlo invitado a participar ese día a tal evento (y de una vez expresa SU emoción)
Pero
¿qué pretende un expositor con estas acciones?
¡NADA!
Si pretendiera algo, notaría que no sirven a nadie y entonces cambiaría su estrategia por el resto de su vida.
Desafortunadamente, y por si fuera poco, estos comienzos se hacen interminables. La emoción termina por ganarle al ponente (lo que puede causar la derrama de algunas lágrimas antes de siquiera haber iniciado) Y los agradecimientos se extienden pues, ya en el escenario, advierte que debe agradecer a más y más y más personas de las que había previsto.
¡SUPERALO!
y no cometas nunca más en este grave error inicial:
Utiliza los primeros minutos para crear magia en el ambiente:
a) Comenta, desde la primera frase, de qué vas a hablar.
b) De inmediato, deja claro todo lo que van a ganar las personas solo con escucharte.
c) Provoca que tu audiencia compruebe, en ese mismo instante, cuánto están ganando al escucharte , por medio de una buena historia, una emotiva imagen o de la energía que transmites.
d) Sin importar de qué trate tu charla, dales a conocer tu mensaje: Hazles saber quién eres no por lo que dices de ti, sino por lo que tus palabras dicen de ti.
Aplica estos pasos a la voz de ¡YA!
Y si notas cambios en tu audiencia (y en ti mismo) escríbeme y déjamelos saber.